Esta configuración penetra profundamente en la piel, aumentando su temperatura. Esto incrementa el flujo sanguíneo, mejora el metabolismo y ayuda a las células a crecer y repararse. También acelera la curación de cicatrices, heridas, cortes y daños nerviosos.
Este tratamiento ha demostrado aumentar la dopamina y la serotonina. También puede mejorar cómo funcionan los mitocondrias de tus células, lo que puede hacerte sentir más energizado. Esto se debe a que los mitocondrias producen energía.
La luz roja e infrarroja ayudan al cuerpo a recuperarse, sanar y regenerarse. Es ideal después de un entrenamiento. Por ejemplo, si estás recuperándote de una lesión o simplemente necesitas reducir alguna inflamación.
La terapia con luz roja puede ayudar en la curación de huesos rotos, fracturas y defectos óseos. También se ha demostrado que aumenta la densidad ósea. La terapia con luz roja hace lo siguiente:
- Aumenta la producción de energía en las células óseas.
- Mejora la formación de vasos sanguíneos, la circulación y el flujo sanguíneo al área afectada.
- Regula y reduce la inflamación.
- Aumenta los factores de crecimiento óseo.
- Potencia la producción de colágeno y procolangenina, lo que estimula el crecimiento de las células óseas.